En las semillas, la corteza, los tallos, las raíces, las flores, además de otras partes de las plantas se encuentran unos compuestos aromáticos volátiles naturales que son conocidos de forma genérica como aceites esenciales; estos juegan un papel fundamental en la protección y la reproducción de la planta.
Seguramente has disfrutado del aroma de una flor en numerosas ocasiones. En esos momentos has experimentado las cualidades aromáticas de los aceites esenciales naturalmente presentes en la planta que, además de proporcionar las agradables fragancias que todos reconocemos, tienen un número increible de aplicaciones tradicionales, tanto en un plano culinario, como en tratamientos de belleza o en el cuidado de la salud.
Por ejemplo, si has tomado alguna vez una infusión de menta-poleo para aliviar una digestión pesada o una infusión de manzanilla para calmar una piel enrojecida por el sol o tila para relajarte, sabes muy bien a qué nos referimos. Imagina ahora poder concentrar el poder de estas plantas a su máxima expresión: una sola gota de aceite esencial de menta contiene la esencia que podríamos obtener de 27 tazas de infusión de la misma planta.
¿Qué es entonces un compuesto aromático volátil?
Cuando algo pasa de estado sólido o líquido a gaseoso a temperatura ambiente estamos ante una sustancia volátil. Las pequeñas moléculas orgánicas de estos compuestos tienen esta propiedades que conforman sus aromas.
La nariz es el órgano que más fácilmente puede detectar estos compuestos, que por su ligereza pueden trasladarse por el aire. Las diferentes propiedades asociadas a cada una de estas sustancias hacen posible que sean empleados de forma ideal en la aromaterapia o fitoterapia como forma para prevenir y aliviar dolencias de diverso tipo y causar un bienestar físico y mental puntual.
Encontramos diversos compuestos aromáticos volátiles en diferentes plantas que determinan tanto su aroma como los beneficios o efectos esperables, ya sea mediante aspiración, aplicación tópica o ingestión, cuando son toleradas por humanos saludables y sin condiciones médicas previas.
Tan solo con abrir una botella de aceite esencial puro por vez primera se puede percibir la potencia de la fragancia en cuestión y desde ese mismo momento puede sentirse a cierta distancia y obtener algunos de sus beneficios.
Hasta el día de hoy se han clasificado más de tres mil variedades de estos compuestos. En cada uno de los tipos de plantas empleados para la extracción de estos aceites esenciales existe un delicado equilibrio de composición de estos constityentes aromáticos, lo que las dota de una identidad concreta con unos resultados específicos en cada uno de sus posibles usos.
Incluso en aquellos aceites esenciales puros, en función de la hora del día, día del mes, la estación, la ubicación geográfica, la forma de extracción o destilación, la duración, la temperatura, el año de cultivo y el clima, etc., sus cualidades pueden verse alteradas, por lo que el proceso de producción determina de modo crítito la calidad final del aceite esencial en cuestión.
El número de aplicaciones que mejoran nuestro bienestar emocional y físico que proporcionan estos aceites esenciales es ciertamente muy amplia. Bien solos, bien en sutiles mezclas, dependiendo de la experiencia y conocimiento del usuario abren un mundo enorme de posibillidades. Siempre confiamos para ello en un tipo de aceite esencial puro, sin adulterar, y de grado terapéutico. Si quieres saber más sobre estos maravillosos productos, suscríbete a mi blog, sígueme en redes sociales como @doulaesencial, escríbeme y con gusto podemos concretar una cita donde te explico cómo puedes beneficiarte tú también con ellos y cómo conseguirlos con descuento en tu país.
Un comentario en “¿Qué es un aceite esencial?”